SANTO TOMÁS
Apóstol
† atravesado por una lanza hacia el año 72 en India
Patrono de arquitectos; constructores; trabajadores de la construcción; albañiles; agrimensores; ciegos; teólogos.
Se lo invoca en los momentos de duda.
Tú has creído porque me has visto, Tomás:
bienaventurados aquellos que sin haber visto han creído.
(Juan 20, 28)
- En Calamina, el triunfo de santo Tomás Apóstol, que predicó el Evangelio a los Partos, Medos, Persas e Ircanos; y habiendo llegado por fin hasta la India, e instruido a aquellas gentes en la religión Cristiana, de orden del Rey murió alanceado. Sus reliquias fueron primero trasladadas a la ciudad de Edesa en Mesopotamia, y después a Ortona en el Abruzo.
- En Friburgo de Suiza, el tránsito de san Pedro Canisio, Sacerdote de la Compañía de Jesús y Confesor, insigne en doctrina y santidad; el cual, en tiempos muy trabajosos para Alemania, denodadamente defendió y propagó la fe católica. El Sumo Pontífice Pío XI le puso en el catálogo de los Santos y juntamente le declaró Doctor de la Iglesia universal, y decretó que su fiesta se celebre el día 27 de Abril.
- En Antioquía, san Anastasio, Obispo y Mártir, el cual, en tiempo del Emperador Focas, en un tumulto levantado por los Judíos contra los Cristianos, fue por ellos bárbaramente asesinado.
- En Nicomedia, san Glicerio, Presbítero, que en la persecución de Diocleciano, vejado con muchos tormentos, por último arrojado a la hoguera, consumó el martirio.
- En Toscana, los santos Mártires Juan y Festo.
- En Licia, san Temístocles, Mártir, el cual, en tiempo del Emperador Decio, se ofreció en lugar de san Dióscoro, a quien buscaban para matarle, y atormentado en el potro, arrastrado y apaleado, consiguió la corona del martirio.
- En Tréveris, san Severino, Obispo y Confesor.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.
SANTO TOMÁS
Apóstol
Santo Tomás, oscuro galileo, siguió a Jesús desde el primer año de su ministerio público; pero huyó en el momento de su Pasión. No quiso creer que Jesús hubiese resucitado antes de verlo con sus propios ojos. Así uno de los hombres que debían anunciar al Salvador al universo defeccionó primero y, enseguida, fue difícil de convencer: fue preciso que el Salvador le hiciese meter la mano en sus adorables llagas. Dice la Tradición que después se trasladó a la India a predicar el Evangelio y recibió allí la corona del martirio en edad muy avanzada.
MEDITACIÓN
SOBRE LA VIDA DE SANTO TOMÁS
I. Primero Santo Tomás fue incrédulo: no quiso prestar fe a la resurrección a no ser viendo con sus propios ojos al Salvador. “Bienaventurados, le dijo Jesucristo, aquellos que sin haber visto han creído”. ¿Soy yo uno de éstos? ¡Ah! si creyese firmemente que Jesús ha muerto por mí, que existe un infierno y un cielo, ¿acaso no viviría más santamente? ¡Desventurados aquellos que esperan los castigos de Dios para creer! (San Eusebio).
II. La fe de este santo Apóstol se despertó una vez que Jesús le hubo hablado y que tocó sus sagradas llagas. También tú en estas fuentes del Salvador debes, alma mía, refugiarte para reanimar tu fe, fortificar tu esperanza y aumentar tu caridad. ¿Estoy yo enteramente convencido de que Jesús ha sufrido por mí en todo su cuerpo? Si lo creo, ¿cómo puedo amar los placeres, sabiendo que Jesús no amó sino los sufrimientos?
III. Santo Tomás probó su fe mediante sus buenas obras. Llevó el Evangelio a los países más lejanos y selló con su propia sangre la verdad de su enseñanza. En vano tus palabras dan fe de que crees en Jesucristo, si tus acciones desmienten a tu lenguaje. ¿Estás pronto a morir por confirmar tu fe? Tú, que pierdes el cielo y la gracia de Dios antes que privarte de un ligero placer, ¿eres cristiano? Si ni siquiera puedo en ti reconocer a un hombre razonable, ¿cómo habría de darte el nombre de cristiano? (San Juan Crisóstomo).
La fe.
Orad por la India.
ORACIÓN
Señor, concedednos la gracia de celebrar con gozo la fiesta de vuestro apóstol Santo Tomás, a fin de que su protección nos ayude e imitemos su fe con una piedad digna de ella.
Por J. C. N. S.
Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. – Tomo IV, Patron Saints Index.
Visto en Tradición Católica
No hay comentarios:
Publicar un comentario