sábado, 22 de diciembre de 2018

Martirologio Romano 22 de diciembre


SAN ZENÓN
Mártir

† decapitado hacia el año 303 en Nicomedia


¿Por qué miras la paja en el ojo de tu hermano,
y no ves la viga que tienes en el tuyo?
(Lucas 6, 41)


  • En Roma, en la vía Lavicana, entre los dos Laureles, el triunfo de treinta santos Mártires, todos los cuales, durante la persecución de Diocieciano, fueron en un mismo día coronados del martirio.
  • En Roma también, san Flaviano, Ex-prefecto, esposo de santa Dafrosa Mártir, y padre de las santas Vírgenes y Mártires Bibiana y Demetria; el cual, de orden de Juliano Apóstata, herrado con fuego por la confesión de Cristo y desterrado a Aguas Taurinas en la Etruria, puesto allí en oración, entregó su espíritu a Dios.
  • En Egipto, los santos Queremón, Obispo de Nilópolis, y otros muchísimos Mártires, los cuales, cuando era más cruda la persecución de Decio, huyendo dispersos y errantes por las soledades, unos fueron devorados por las fieras, otros perecieron de hambre, frío y miseria, y otros acabaron a manos de los bárbaros y ladrones; y de este modo, aunque con diferente género de muerte, fueron todos coronados con la misma gloria del martirio.
  • En Ostia Tiberina, los santos Mártires Demetrio, Honorato y Floro.
  • En Alejandría, san Isquirión, Mártir, al cual forzaban con injurias y baldones a ofrecer sacrificios, y rehusándolo él, atravesándole por medio las entrañas con un palo puntiagudo, le quitaron la vida.
  • En Nicomedia, san Zenón, soldado, al cual, por burlarse de Diocleciano que sacrificaba a Ceres, deshicieron las mejillas, arrancaron los dientes y por último cortaron la cabeza.
  • En Chicago, santa Francisca Xaviera Cabrini, Virgen, Fundadora del Instituto de Misioneras del Sacratísimo Corazón de Jesús, insigne por su eximia caridad, su invicta fortaleza de ánimo y su humildad; a la cual el Papa Pío XII inscribió en el catálogo de las Santas, y la constituyó celestial Patrona ante Dios de todos los emigrantes.

    Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
    R. Deo Gratias.


SAN ZENÓN
Mártir

San Zenón, que era un simple soldado, reprendió intrépidamente al emperador Diocleciano porque sacrificaba en honor de la diosa Ceres; declarole que había que sacrificar al Dios de los cristianos con corazón contrito y humillado y no a los ídolos que son tan insensibles y vanos como el mármol o el bronce de sus estatuas. El tirano lo hizo prender y mandó que se le rompiesen los maxilares, que se le arrancasen los dientes a pedradas y que se le diese muerte.


MEDITACIÓN
SOBRE LA CORRECCIÓN FRATERNA

I. Debemos estar llenos de gozo cuando se nos advierte de nuestros defectos porque, para corregirlos, primero hay que conocerlos. Enceguecidos por el amor propio, estimamos en nosotros lo que vituperamos en los demás. Sea tu amigo o tu enemigo quien te advierte tus defectos, siempre debes aprovecharte de ello; no te excuses, no acuses a quienes censuran tu conducta. ¿Cómo recibes tú las advertencias que se te hacen? ¿Cómo corriges los defectos que se te hace notar?

II. Cuando se te señala alguna falta, examínate; si lo que se te dice es verdad, corrígete. Si un enemigo o un hombre malo vitupera en ti algo laudable, alégrate: señal es de que comienzas a agradar al Señor, porque desagradas a los malos. Es mejor ser vituperado sin causa que ser alabado sin motivo. Jesús, Salvador mío, no quiero agradaros sino sólo a Vos. Que los hombres hablen de mí como quieran, me importa poco: no son mis jueces.

III. No examines las faltas de tu prójimo con ojo curioso y espíritu maligno. No lo acuses, a no ser que tu posición haga que ése sea tu deber; y si los demás censuran su conducta ante ti, excúsalo en la medida en que puedas. Examina tus defectos y no pensarás en criticar los de tu prójimo. Aquél que se examina no busca lo que es censurable en otro, sino lo que en él mismo es digno de lágrimas (San Bernardo).

La caridad.
Orad por vuestros superiores.


ORACIÓN
Haced, os lo suplicamos, oh Dios omnipotente, que la intercesión del bienaventurado Zenón, vuestro mártir, cuyo nacimiento al cielo celebramos, libre nuestro cuerpo de toda adversidad y purifique nuestras almas de todo mal pensamiento. Por J. C. N. S.




Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. – Tomo IV, Patron Saints Index.









Sea todo a la mayor gloria de Dios.

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