SANTA DYMPNA,
Virgen y Mártir
n. Irlanda; † alrededor del año 650 en Gheel, Bélgica
Patrona de quienes sufren desórdenes nerviosos o neurológicos, enfermos mentales, epilépticos, víctimas de incesto, quienes han sufrido la pérdida de un pariente, mártires, asilos y hospitales mentales, psiquiatras, víctimas de violación, sonámbulos, princesas, felicidad familiar.
Protectora contra el sonambulismo, epilepsia, desórdenes mentales, demencia.
No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal,
de modo que obedezcáis a sus concupiscencias.
(Romanos 6, 12)
- San Juan Bautista de la Salle, Presbítero y Confesor, que fundó la Congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, y el día 7 de Abril descansó en el Señor.
- En España, los santos Torcuato, Tesifonte, Segundo, Indalecio, Cecilio, Esiquio y Eufrasio; los cuales, ordenados en Roma Obispos por los santos Apóstoles, fueron enviados a predicar en las Españas la palabra de Dios; y habiendo evangelizado en varias ciudades y convertido innumerables muchedumbres a la fe de Cristo, murieron santamente en diversos lugares de aquellas comarcas, a saber: Torcuato en Guadix, Tesifonte en Berja, Segundo en Ávila, Indalecio en Urci, Cecilio en Elvira, Esiquio en Carteya y Eufrasio en Andújar.
- En Fosina de Cerdeña, san Simplicio, Obispo y Mártir, el cual, en tiempo de Diocleciano, y siendo presidente Bárbaro, atravesado con una lanza consumó el martirio.
- En Evora de Portugal, san Mancio, Mártir.
- En la isla de Chío, el triunfo de san Isidoro, Mártir, en cuya Basílica existe el pozo donde es tradición fue arrojado, y cuya agua sana, muy de ordinario, a los enfermos que la beben.
- En Lámpsaco del Helesponto, el martirio de los santos Pedro, Andrés, Pablo y Dionisia.
- En Auvernia de Francia, los santos Mártires Casio, Victorino, Máximo y sus Compañeros.
- En Geel de Brabante, santa Dimpna, Virgen y Mártir, hija del Rey de Irlanda; la cual por conservar inconmoviblemente la fe de Cristo y la virginidad, de orden de su padre fue degollada.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.
Virgen y Mártir
Santa Dympna fue hija de un príncipe irlandés o bretón. Viendo expuesta su virtud, abandonó su patria. Arribó a Amberes y fue a radicarse en el pueblo de Gheel, en Campina (Bélgica). Sirvió allí al Señor por largo tiempo, ejercitándose en la meditación y la penitencia. Descubriéronla en su retiro aquéllos por los cuales hubo de dejar su patria y, en defensa de su castidad, recibió la muerte, fiel a su esposo Jesucristo.
MEDITACIÓN
SOBRE EL AMOR SENSUAL
I. Debemos todos temer las tentaciones del demonio de la carne, pues toda edad, todo sexo, toda condición, ha experimentado sus ataques. ¿Eres más sabio que Salomón, más piadoso que David, más santo que el Apóstol de los gentiles? Fue San Pablo sometido a esta tentación, los otros dos sucumbieron en ella. Mantente, pues, en guardia. De todos los combates, los más rudos son los de la castidad; la lucha es de todos los días y la victoria rara (San Agustín).
II. Cierra la puerta de tu corazón a ese cruel tirano. Tus ojos, tus oídos son los traidores que le dan entrada en tu alma. Si te tomas la libertad de oír todo, de mirar todo, de leer toda clase de libros, muy pronto serás asaltado por pensamientos deshonestos, y acaso, vencido. Haz un pacto con tus ojos, siguiendo el ejemplo del santo varón Job; no mires nada que te esté prohibido desear.
III. Si eres atacado por el demonio de la impureza, recuerda que Jesucristo ha declarado que esta clase de demonio no puede ser ahuyentado sino por el ayuno y la oración. Castiga tu cuerpo con cilicio, ayuno y disciplina; invoca a Jesús y a su Santísima Madre. La castidad es un don de Dios, pídela al Señor; reconoce que sin Él no puedes adquirir esta virtud. Sobre todo, resiste a esta pasión en sus comienzos y huye de las ocasiones conforme al ejemplo de Santa Dympna.
La castidad.
Orad por la conversión de los pecadores.
ORACIÓN
Que la bienaventurada Dympna, virgen y mártir, implore por nosotros vuestra misericordia, Señor, ella que siempre os fue agradable por el mérito de su castidad y por su valentía en confesar vuestro Santo Nombre. Por J. C. N. S.
Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo I; Patron Saints Index.
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